La fibromialgia es un transtorno caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado acompañado de fatiga y problemas del sueño, memoria y estado del ánimo. Los investigadores creen que la fibromialgia amplia las sensaciones de dolor al afectar el modo en que el cerebro procesa las señales del mismo.
Durante muchos años las personas con fibromialgia han sufrido mucho porque se creía que los dolores descritos no eran reales y no se había encontrado ninguna explicación a la sintomatología que describían los enfermos. La OMS reconoció la fibromialgia en 1993; esta afecta al dos por ciento de la población adulta y su edad media de inicio se sitúa entre los 34.57 años. Es entre un 73-88% más frecuente en las mujeres que en los hombres.
La fibromialgia es una enfermedad crónica y por lo tanto no tiene cura. El tratamiento debe ir enfocado a mejorar los síntomas que sufre la persona y a mejorar su calidad de vida. Lo ideal es llevar una actuación multidisciplinar donde se enfoque desde el punto de vista: farmacológico (analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos…), fisioterapia, psicoterapia, deportivo y nutricional.
Desde este último aspecto tenemos varios aliados en nuestra cocina:
- Cuidado con el gluten; el 30-40% de los pacientes que sufren fibromialgia mejoran sus síntomas con una dieta sin gluten, aunque las pruebas de celiaquía sean negativas. De ahí nace el término de sensibilidad al gluten no celiaca. El gluten es una proteína que se encuentra de manera natural en el trigo, centeno, avena y cebada. Los alimentos que lo contienen son panes, galletas, harinas, pasta, pizza, bollería, snacks salados, dulces, embutidos, germinados, salsas… Sin embargo hay cereales libres de gluten: arroz, quinoa, maíz y mijo.
- Tenemos un buen aliado, la cúrcuma; esta raíz naranja es un potente antiinflamatorio. Es el ingrediente principal del curry, y se puede usar para cocinar.
- El aguacate en la ensalada; aporta 23% de grasa saludable (la misma que el aceite de oliva), rica en vitamina E que es un potente antioxidante. Podemos tomar para desayunar tostadas de aguacate untado y sustituir así a la mantequilla.
- El chucrut; este alimento es muy fácil de prepara en casa. Aporta microorganismos beneficiosos para la flora intestinal. Cómelo en ensalada.
Parte el repollo en tiras finas, déjalo reposar diez minutos para que suelte el agua, masajealo fuertemente hasta que se haya reducido la mitad. Coloca el repollo en un frasco y presionalo con una cuchara. cúbrelo con una salmuera (disuelve 1,5 cucharaditas de sal por vaso de agua). Cierra el bote y guardalo en un sitio seco y oscuro durante 4 semanas.
- Rúcula; su sabor amargo ayuda a la función y limpieza del hígado.
- Una manzana al día; rica en quercetina que es un potente antioxidante.
- Semillas de lino y sésamo; ricas en omega 3 que tiene un poder antiinflamatorio. Echalas en la ensalada.
- Ajos; sus componentes azufrados disminuyen las sustancias derivadas de las vías metabólicas inflamatorias. Lo ideal es tomar un diente de ajo crudo al día, se puede echar en la ensalada o frotado en una tostada.
- Jengibre; tiene acción antiinflamatoria y analgésico.
- Otras fuentes de omega 3; pescados azules (sardinas, palometa, atún, salmón…) y nueces.