El hígado se localiza en la parte superior derecha del abdomen, está protegido por las costillas y con sus dos kilos es el órgano de mayor tamaño. Es la fábrica del cuerpo humano desempeñando más de 500 tareas, incluyendo por lo menos 22 funciones vitales. El hígado es el principal desintoxicante; elimina y neutraliza las toxinas, los medicamentos, la nicotina y el alcohol de la corriente sanguínea.
Otras funciones incluyen: almacenamiento de glucosa en forma de glucógeno para el mantenimiento de los niveles de glucosa en la sangre; producción de proteínas importantes y la descomposición de los aminoácidos excesivos (producto de la digestión de proteínas) en la urea, eliminada por los riñones. Produce también bilis, que se almacena en la vesícula biliar y sirve para descomponer las grasas en pequeños glóbulos para hacerlas más digeribles.
Comer productos azucarados en exceso, carnes rojas, alcohol, algunos medicamentos, la carencia de ejercicio físico o el estrés sostenido en el tiempo, pueden saturar nuestro hígado. Cuando esto ocurre, el hígado no puede hacer sus funciones correctamente y las toxinas se acumulan en nuestro cuerpo generando trastornos y afecciones al resto de los órganos; como las alteraciones de la piel, la mala digestión, el aumento del colesterol entre otros.
Para ayudar a mantener a nuestro hígado en buen estado tenemos las depuraciones hepáticas, estás son la puesta punto del coche ( o lo que es lo mismo nuestro cuerpo). Todos llevamos cada x kilómetros el vehículo al taller para cambiarle el aceite, los filtros… pues nuestra limpieza hepática la deberíamos hacer varias veces al año, por lo menos en primavera y en otoño. Pero también cuando salimos de las comilonas de Navidad, hemos tomado medicamentos tóxicos para el hígado…
Para depurar el hígado se aconseja llevar una dieta rica en líquidos (agua, infusiones, zumos naturales, caldos de verduras), muchas frutas y verduras, cereales integrales, más pescado que carne y legumbres. Usando técnicas culinarias sencillas; plancha, horno, hervidos. Condimentados con hierbas aromáticas y limón.
Evitando el alcohol, los excitantes como la cafeína, los embutidos, los azúcares y los alimentos procesados.
También nos podemos ayudar de algunas plantas medicinales como el diente de león; puesto que aumenta la secreción de bilis, lo que hace que mejore las digestiones y a su vez ayuda a eliminar las toxinas acumuladas en el cuerpo. Y podemos utilizar el cardo mariano que regenera las células del hígado que han dejado de funcionar.